El mantenimiento de la pinza del freno: ¿por qué es tan importante?

Para funcionar de manera eficaz, los componentes del freno deben entrar en contacto entre sí para generar fricción. Sin embargo, cuando no es necesario frenar el vehículo, es fundamental que los discos y las pastillas se encuentren a una distancia de separación suficiente para evitar un contacto prolongado que pueda obstaculizar el movimiento o, peor aún, dañar los componentes debido al calor excesivo que se genera con la fricción.

Con el tiempo, este continuo y ligero contacto entre el disco y la pastilla provocará el desgaste irregular de los componentes y un sobrecalentamiento del sistema que dará origen a ruidos y vibraciones.

Para que un sistema de frenos funcione correctamente y de manera segura, es necesario que los componentes se muevan libremente. Estos últimos son de metal para aprovechar la resistencia mecánica y térmica del material, pero la desventaja es que la mayor parte de los metales se suele corroer y deteriorar con el paso del tiempo.

Uno de los elementos que se pueden corroer fácilmente son las guías de las pinzas debido a la reacción electroquímica que se produce entre el metal y el entorno circundante.
El sistema de frenos de un automóvil está sometido constantemente a estrés y a fenómenos provocados por la contaminación, el agua, el salitre y la suciedad que aceleran el grado de corrosión. Asimismo, también un lavado agresivo a alta presión puede ser nocivo y causar inconvenientes desagradables. Un chorro de agua a alta presión puede desplazar las juntas de estanqueidad de la pinza y crear infiltraciones de agua entre las superficies de deslizamiento. Los detergentes alcalinos pueden originar fenómenos de corrosión y oxidación que, al avanzar, generan silbidos desagradables que obligan a desmontar, revisar y tratar los puntos de contacto de la pinza con un lubricante específico.
 

¿Qué lubricante elegir?

 
Es muy importante elegir el lubricante adecuado para garantizar el buen funcionamiento del sistema. El uso de un lubricante inadecuado puede producir el efecto opuesto al deseado, es decir, guías grasientas que se acidifican en la pinza, provocando una falta de movilidad en el soporte y el sobrecalentamiento de los frenos.
 
En el mercado, existen varios productos para lubricar el sistema de frenos. Aunque se suelen usar los lubricantes a base de cobre, para evitar los fenómenos de oxidación galvánica, es mejor utilizar lubricantes sin cobre.

Asimismo, el tipo de lubricante que se ha de utilizar depende del área de contacto que se debe tratar. Los puntos de contacto expuestos como, por ejemplo, los puntos de apoyo de los soportes y las pinzas requieren un lubricante capaz de soportar las altas temperaturas que se generan durante la frenada y, al mismo tiempo, resistir al "lavado" con agua para garantizar la protección contra la corrosión.

Las guías de deslizamiento de la pinza flotante y los pernos específicos requieren un tipo distinto de lubricante. Las partes de goma de la pinza de freno (juntas de estanqueidad, guardapolvos, tapones y fuelles para las guías) se fabrican con EPDM, un material compatible con los líquidos de frenos DOT.

El EPDM se podría dañar con el uso de productos no compatibles como, por ejemplo, el aceite mineral, los lubricantes y los detergentes no tolerados. Las partes de goma pueden absorber el lubricante y perder su capacidad de estanqueidad al hincharse con el paso del tiempo. Esto provocarían daños graves en la pinza de freno y, por tanto, en los discos y las pastillas, influyendo de manera negativa en el rendimiento y el confort de frenada así como en la duración de los componentes.

Por ello, cuando se realizan operaciones de mantenimiento de la pinza es importante elegir con atención el lubricante correcto que se ha de aplicar en las distintas zonas y realizar de manera correcta todas las operaciones relacionadas con la lubricación y el control de los componentes.
 
Medición del espesor del disco de freno utilizando un calibre
 

¿Cómo realizar el correcto mantenimiento de la pinza de freno?

 
El mantenimiento adecuado de la pinza, realizado por un profesional, prevé una serie de operaciones que permitirán garantizar el rendimiento del componente:
  • Inspeccionar y limpiar los muelles y el soporte de la pinza. Limpiar a fondo los alojamientos de las pastillas.
  • Lubricar las áreas de contacto entre las pastillas y la pinza con el lubricante específico.
  • Controlar los pistones, las juntas, los capuchones y los elementos de deslizamiento de la pinza para comprobar que no estén dañados, corroídos, ni bloqueados. Asimismo, se recomienda comprobar que no haya pérdidas.
  • Limpiar y lubricar los pernos de deslizamiento de la pinza con un lubricante específico.
  • Utilizar la grasa específica para cada componente.
  • En caso de componentes dañados, corroídos o doblados, sustituirlos por componentes nuevos y de calidad (descubre más sobre el kit Brembo de reparación para pinzas de freno).

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