Dedicada a los vehículos eléctricos
Los vehículos eléctricos se caracterizan por la capacidad de
deceleración regenerativa que aprovecha el motor eléctrico también como freno. Es decir, el encargado de realizar muchas de las frenadas que efectuamos al conducir es el motor eléctrico y esto se
traduce en un menor uso del sistema de frenos hidráulico tradicional.
Con el paso del tiempo, esto puede provocar una
corrosión peligrosa de los componentes de fricción del sistema de frenos y comprometer no solo la duración sino también el rendimiento y la seguridad.
Por ello y debido a las características específicas de estos coches (BEV), los frenos para
vehículos eléctricos deben satisfacer una serie de requisitos fundamentales:
resistencia a la corrosión, funcionamiento silencioso, diseño ligero y menor par residual.