25 junio 2020

Verano 2020: la revancha de los coches

No subestimes la importancia de controlar los frenos para pasar un verano tranquilo

Hemos dejado aparcados nuestros coches en el garaje o al aire libre durante mucho tiempo. La recomendación de salir lo menos posible ha permitido descongestionar las principales arterias de comunicación pero, al mismo tiempo, ha generado algo así como un estado de abstinencia en quienes estaban acostumbrados a conducir todos los días.
 
Preparados, listos: ¡al volante!
Este verano podremos recuperar el tiempo perdido: el escaso número de vuelos disponibles y el gran número de personas que decidirán no utilizar los aviones ni los trenes hará aumentar el uso del coche durante las vacaciones.

Por eso, nos gustaría que nuestro coche funcionase como un reloj suizo incluso aunque nos encontremos a cientos de kilómetros de casa. Los problemas no están incluidos en nuestros planes para las vacaciones y, mucho menos, si están provocados por el sistema de frenos.
 
Acude al mecánico Brembo Expert
Antes de salir de viaje, te aconsejamos encarecidamente que hagas controlar tu coche, preferiblemente por un mecánico cualificado de Brembo Expert. Gracias a la formación técnica garantizada por Brembo, someterá tu coche a una inspección completa.
 
El mecánico profesional controlará:
  • El nivel de líquidos (líquido de refrigeración, líquido de frenos y líquido limpiaparabrisas) y su estado de conservación 
  • el espesor de las pastillas y los discos de freno
  • la presencia de estrías o grietas en la superficie de los discos
  • el estado general de las pinzas de freno
  • el estado de las luces del vehículo (luces de posición, de cruce y de carretera, luces antiniebla delanteras, luces de freno, intermitentes, etc.)
  • la batería del vehículo
  • el funcionamiento del sistema de climatización
  • el desgaste y la presión de los neumáticos.
 
Naturalmente, todos estos componentes deben encontrarse en óptimo estado porque basta que uno solo de ellos esté excesivamente desgastado (la pastilla o el disco), no funcione al máximo de sus prestaciones (pinza u otros componentes hidráulicos del sistema de frenos) o haya perdido parte de su capacidad (líquido de frenos) para que la frenada no sea adecuada, ya sea debido a un retraso respecto al momento en el que se pisa el pedal o a una pérdida de eficacia.
 
 
 
 
Y al salir del taller…
Quienes piensan que al recoger el coche del mecánico se pueden olvidar definitivamente de los problemas están muy equivocados. Al tratarse de componentes mecánicos e hidráulicos, se necesita un rodaje de 300 km aproximadamente para garantizar el funcionamiento perfecto del sistema de frenos.

Durante dicho kilometraje, se desaconseja esforzar de manera intensa los materiales de rozamiento.
Es mejor evitar las frenadas bruscas y el uso exigente de los frenos durante mucho tiempo. Por el contrario, se aconseja efectuar frenadas suaves y cortas para facilitar la alineación correcta de las pastillas y los discos.

Si el tipo de viaje que pensamos hacer prevé un uso exigente del sistema de frenos, es mejor llevar nuestro coche al taller para que controlen los frenos y cambien aquellos componentes que no garantizan las prestaciones adecuadas, algunos días antes de salir de viaje para poder realizar el rodaje en óptimas condiciones.
 
¡Atención!
Incluso con un sistema de frenos en óptimo estado, no debemos olvidar que el espacio y el tiempo de frenada están relacionados con los neumáticos montados en el vehículo. Con tiempo de reacción del conductor y características del sistema de frenos iguales, se pueden obtener resultados muy diferentes en función del desgaste de los neumáticos.

Con objeto de transmitir todo el par de frenado al asfalto, se necesita un neumático de calidad, en buen estado de conservación y con la presión correcta. Esta última es inversamente proporcional a la cantidad de neumático en contacto con el asfalto. Si la presión del neumático es muy baja, aumenta la distancia de frenada; si es muy alta, es más difícil mantener el control del vehículo durante la frenada.

Durante las vacaciones, conviene controlar con frecuencia la presión de los neumáticos para no aumentar la distancia de frenada y evitar posibles situaciones de peligro.
 
¡Atención! Además de controlar el vehículo antes de salir de viaje, es importante no olvidarse de pasar la ITV obligatoria y realizar los mantenimientos programados previstos por los fabricantes.
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